“Oh, ¡pero qué flaca que estás!”
Hoy asistí a una boda, esta boda era de unos amigos y, como ya se está haciendo costumbre entre las personas que me conocen desde hace un tiempo, me dijeron la famosa frase “¡Oye Xime, que estás flaca!” o en su defecto “Un poco más y vas a desaparecer”
Digamos las cosas como son, y no recurriré a las anoréxicas frases como “No, no es cierto”, porque en verdad la fisonomía cambió. Así es que para acabar con misterios y especulaciones me referiré al asunto.
En verdad sí me puse a régimen, pero hace ya casi dos años. “Ahá!!”, los puedo oír. Sin embargo, como señalé anteriormente quiero exponer mis argumentos. Resulta que hace el tiempo que señalé hacia finales de aquel año en que terminé los ramos correspondientes a mi carrera y se aproximaba el proceso de práctica final y tesis tuve, si podemos señalarlo de esta manera, una “charla conmigo misma”, es decir me autoevalué y dije “Ok, Xime tienes colon irritable y tienes que hacer la práctica final y escribir la tesis hay que tomar medidas al respecto”
Para lo que no sepan qué es el colon irritable o Síndrome del Intestino Irritable les cuento de qué se trata: “La causa del síndrome del intestino irritable (SII) es desconocida. No se puede encontrar causa anatómica alguna. Los factores emocionales, la dieta, los fármacos o las hormonas pueden desencadenar o agravar la elevada motilidad GI. Algunos pacientes tienen trastornos de ansiedad, particularmente trastorno de pánico, y trastornos de somatización. Sin embargo, el estrés y el conflicto emocional no coinciden siempre con la aparición y la recurrencia de los síntomas. Algunos pacientes con SII parecen tener aprendida una conducta de enfermedad desviada; es decir, tienden a expresar un conflicto emocional como un síntoma GI, habitualmente dolor abdominal. El médico que evalúa pacientes con SII, particularmente aquellos con síntomas refractarios, debe investigar si existen problemas psicológicos, incluida la posibilidad de abuso sexual o físico” (Fuente: Manual Merck)
En palabras más simples es cuando a la persona que está nerviosa le duele la guatita, como se habrá podido notar esto puede llegar a ser una dolencia bastante seria para algunos humanos entre los que me cuento, pues desde mis tiernos cinco años lo sufro. Así es que en esa encrucijada me hallé sabiendo que iba a enfrentar muchas situaciones de tensión reales y/o autoinducidas en las cuales mi estomago, y sistema digestivo en general no me acompañaría.
Entonces tomé la decisión de cambiar mi dieta radicalmente. Previo a esto en mi familia había sucedido otro incidente que repercutió en la alimentación familiar fue un episodio en el cual debido a una crisis por estrés mi padre cayó al hospital allí además de recomendarle tranquilizantes le ordenaron que cambiara su dieta por que sus niveles de colesterol estaban elevadísimos (de hecho en un comienzo se temió un infarto), lo cual hizo por un tiempo cortando con las frituras y comiendo vegetales abundantemente.
Con esto en antecedente comencé a reducir las porciones de alimento, esto requirió mucha fuerza de voluntad puesto que mi madre, como me temo casi todas las madres chilenas, tiene la tendencia a demostrar su afecto en proporción directa a la cantidad. Además, estuvo el factor vegetales los cuales integré a fuerza de comer buscando variedad y no tomando en cuenta la sensación de “otra vez estoy comiendo lo mismo”. Aparejado a los vegetales estuvo el hecho de hacer de estos mi cena, cambié la repetición nocturna del almuerzo por un plato abundante de ensalada.
Otro elemento importante en este proceso fue el canal Discovery Home and Health del tv cable, allí me hice asidua a los programas que mostraban alternativas saludables y en particular al show “Desafío al Cuerpo Humano” Dicho show consistía en 14 semanas de desafío en donde gente común y corriente, pero con unos kilitos (o en algunos casos kilazos) de más, debía bajar de peso de manera saludable es decir cambiando su dieta e incorporando el ejercicio a su rutina diaria y los resultados eran increíbles, pues se podían observar sus luchas y cambios tanto en sus cuerpos como almas.
Así es que la suma de todos estos factores vegetales y motivacionales esculpieron la figura que hoy tengo con la cual por fin me siento a gusto pues en este punto en que ya hemos entrado a un terreno más personal hay que confesar que en el fondo siempre me sentí incómoda con mi fisonomía, pero siempre pensé “Que así era yo”, sin embargo eso no es verdad, ese dicho de “Tienes huesos muy gruesos” o “Tienes los huesos más adentro” no tiene nada que ver. Toma tiempo y muchísimo esfuerzo, pero las ganancias de un estilo de vida saludable hoy las atesoro. Además he aprendido que este cuerpo no es mío sino que está como en concesión, soy una administradora y quiero que mi Eterno Jefe me diga por lo menos en este punto: “Buen siervo y fiel”. Y finalizando, puedes hacer un número mayor de actividades en un estado físico saludable, y por demás no se trata de no comer sino de comer de todo pero un poquitito.
Ánimo, y por favor ¡¡¡¡no me repitan esa frase!!!, pues cuando estás pasadito de peso te dicen cosas (las cuales pueden destruirte), y cuando estás en tu peso ¡también! (y que por cierto, también pueden pinchar hasta el ánimo más positivo).
X. Prado D.
Valparaíso, enero de 2007
2 comentarios:
Hola, através de una página web sobre ron clark, me di cuentas que tu querías saber si existe la edición del libro "55 reglas esenciales". Y bueno, si hay, de hecho se encuentran en las librerias, como en la librería Antartica.
Espero q te haya servido mi ayuda
Saludos
Por casualidad entré a tu blog y me gustó mucho tu comentario, resulta que yo sufro también de colon irritable, hace algunos años ya y me gustaría que me dieras algunos tips si es posible, en realidad siempre me cuido pero creo que no lo suficiente, sería estupendo sentirme mejor ya que últimamente he estado muy muy en crisis.
gracias por este comentario
M
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